Hay muchas veces en que nosotros los cristianos, empezamos a vernos a nosotros mismos y nuestras fallas, y quitamos la mirada de Cristo, olvidándonos de lo poderosa y maravillosa que fue su obra por nosotros en la cruz, haciéndonos dudar del gran amor que Dios tiene por nosotros. Paul Washer nos recuerda en este sermón lo maravilloso que es el amor de Dios.